De azúcar y cosas peores


El azúcar refinado se obtiene mediante un proceso químico múltiple del jugo de caña de azúcar o remolacha, eliminando en dicho procedimiento todos los nutrientes y la fibra de la planta.

Sobre las causas que ocasiona los estados de ánimo alterados se han barajado varias versiones que psicólogos, psiquiatras y médicos de todo tipo le atribuyen a diferentes causas y motivos. En esta ocasión yo quisiera hablar de los estados de ánimo alterados y su profunda relación con el consumo de azúcar refinado y endulzantes artificiales.

¿CÓMO ACTÚA EN EL CUERPO?

Cada vez que ingerimos un mínimo de una o dos cucharaditas de azúcar, el cuerpo entra en desequilibrio y nuestro organismo empieza a desmineralizarse. Cuando esto sucede día tras día, mes tras mes y posiblemente por el resto de la vida, el cuerpo se desgasta de una manera severa, y llega un momento que esta profundamente agotado de devolver al cuerpo a su equilibrio. Lo que sucede con el azúcar refinado es que tenemos la mala creencia de que sirve como una fuente para aportar energía y que es vital para las funciones cerebrales. Es cierto que el cuerpo necesita glucosa para sus funciones, más no del azúcar refinado sino de la glucosa contenida en las frutas, algunas verduras y alimentos orgánicos.

No exageramos al decir que, cuando ingerimos un refresco, un dulce, un pastel o cualquier alimento que contenga azúcar refinado, la primera reacción del organismo es igual al de una droga estimulante: al principio uno se siente eufórico y dominado por cierta energía nerviosa debido a que el cerebro reacciona instantáneamente a latigazos.

Podemos notar esto principalmente en los niños que no tienen una alimentación adecuada y se “llenan” o consumen sin moderación dulces, pasteles y golosinas, por esa razón son hiperquinéticos. Puede que estén demasiado activos y “llenos de energía,” de momento, de hecho hasta incontrolables con hiperquinesis, y si no quieres niños así quítales todo tipo de producto con azúcar camuflado.

Al pasar el efecto, el organismo se confronta con graves consecuencias ya sea uno niño o adulto. No te explicaremos todo lo que ocurre en tu organismo porque es un proceso complejo de bioquímica. Nos limitamos a decir lo que este alimento provoca cada vez que lo consumes, especialmente en los estados emocionales.

Antes hay que decir que la gran mayoría desconoce lo que el azúcar refinado (o sacarosa) realmente ocasiona. La mala información o la información tergiversada nos hacen creer que no es tan mala y que, de hecho, la necesitamos. Esto es absolutamente falso, el cuerpo no necesita ni siquiera un gramo de ella, lo que necesita el cuerpo son carbohidratos y una alimentación orgánica, lo más natural posible. Toma en cuenta que si existe una mala cultura de lo que es el azúcar refinada es porque la mayoría de los alimentos que se venden en el mercado contienen azúcar refinada blanca, ya sea como conservador, como elemento endulzante o de otras formas enmascaradas.

El consumo de azúcar de ese tipo provoca principalmente que la sangre eleve su temperatura, engendrando obstrucciones de todo tipo, infecciones, alergias, afecta a la digestión (fermenta rápidamente el bolo alimenticio y en un proceso químico se produce alcohol, que daña al hígado; por eso, es conveniente no combinar alimentos azucarados con la comida. Es como si hubieras consumido alcohol en la comida aunque no lo hayas consumido), causa desnutrición, aumento de peso, debilitación del sistema inmunológico. Pero sobre todo trastorna el metabolismo del calcio en donde además de robarle el calcio a huesos y dientes, desequilibra severamente el sistema nervioso.

La ansiedad y la mayoría de los trastornos emocionales son causados la mayor parte de las veces por algo que a lo mejor parecía tan inofensivo como un refresco o un dulce procesado.

La ingestión de azúcar provoca a tal grado un daño en el sistema emocional que es causante en la mayoría de los casos de pereza, fatiga, niños hiperactivos, inhabilidad para concentrarse y aprender, vicio, infelicidad, insomnio, diabetes, ansiedad, miedo, y depresión entre otras. Si a esto se le suma además una mala dieta, las consecuencias pueden ser realmente severas y trascendentes en nuestra salud emocional.

Si padeces estados de ánimo irritables, depresivos, perezosos, y ansiosos, prueba a quitar de tu dieta todos los productos que contengan azúcar refinado durante tres o cuatro meses y verás como indiscutiblemente tu estado de ánimo se revitaliza y sanea con toda seguridad.

Ningún conocimiento sirve si no te sirve, y para que te funcione debes experimentar cada cosa que te digan, comprobarlo con tu misma experiencia, y luego tu ser el mejor juez, en este caso, el mejor beneficiario.

Siendo el azúcar una sustancia con efectos adictivos, es comprensible que, si intentas dejarla o disminuirla, el cuerpo te la pida y se te siga antojando. Es necesario que emplees toda tu voluntad y respeto por tu cuerpo para ir discriminando de tu dieta los alimentos que la contengan y que tu cuerpo se acostumbre a la nueva dieta. Hay expertos en este tema que afirman que dejar el azúcar es como dejar de fumar, y para aquellos más “azucarados” resulta casi tan difícil como dejar una droga.

Los refrescos son agresivos para sus dientes. Si reduce la cantidad que toma, practica buenos hábitos de higiene oral y busca ayuda de su dentista, puede contra-restar los efectos y disfrutar de una mejor salud bucal.

Los refrescos surgen como una de las fuentes más importantes para las picaduras de dientes, afectando a gente de todas las edades. Tanto los ácidos como los azúcares ácidos provenientes de estas bebidas debilitan el esmalte dental, contribuyendo a la formación de la caries y cáncer en los huesos. En casos extremos, el esmalte debilitado combinado con un cepillado inapropiado, con rechinar los dientes o con otras condiciones, pueden llevar a la pérdida de uno o más dientes.

Las bebidas libres de azúcar, que son solo el 14% del consumo total de refrescos, son menos dañinas. Sin embargo, son ácidas y potencialmente pueden causar problemas.

Entre 1977 y 1997 el consumo de refrescos con gas ha subido 61% en adultos y más del doble entre jóvenes y adolescentes, lo que convierte a estos productos en la principal fuente de azúcares añadidos para los ciudadanos de México, un país en el que existen más de diez millones de diabéticos tipo 2.

Científicos de la Universidad de Harvard (Boston) publican en la revista Journal of the American Medical Association (JAMA) el  mensaje de advertencia: las mujeres que toman una lata de refresco al día tienen hasta 83% más de probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2 que aquellas que lo hacen menos de una vez al mes.

Sus conclusiones proceden de una muestra de más de 140,000 mujeres pertenecientes al Nurses’ Health Study II, un gran estudio clínico que evalúa periódicamente a un grupo de enfermeras para conocer su estado de salud. Se eligió a 91,000 de ellas para estudiar la aparición de esta enfermedad y más de 51,000 para ver cómo influía el consumo de estos productos en su peso.

El azúcar también se extrae de las remolachas. Las remolachas se cortan en trozos después de lavarlas y luego se lixivian. Para dejar limpio el líquido que contiene el azúcar, se le añade cal. En este momento, la reacción alcalina destruye casi todas las vitaminas. En el líquido, mezclado con cal viva, se introduce dióxido de carbono, para así precipitar la cal. El líquido “saturado” se conduce hacia las bombas de filtración que separan las el líquido azucarado de las impurezas. Tras otro tratamiento con sulfato de calcio, por el cual el ácido sulfúrico lo decolora hasta dejarlo casi blanco, se hierve el líquido hasta que espesa. Una centrifugación permite separar el jarabe del azúcar crudo llamado melaza, un producto que contiene muchas sustancias que no son propias del azúcar.

La melaza se utiliza para preparar una sustancia similar al alcohol de quemar y para alimentar al ganado. En las refinerías, este azúcar crudo se ha de transformar todavía en azúcar común o de consumo, para lo cual ha de pasar por varios procesos más de limpieza con carbonato de calcio, de blanqueo con ácido sulfúrico, de filtración a través de carbón de huesos y de cocción hasta obtener los cristales.

El azúcar de color blanco que se vende y consume comúnmente, es sacarosa refinada. Su fórmula química es: C12H22O11.

Lo que normalmente suele ocurrir a toda persona que consume azúcar en forma cotidiana, es que sus niveles de glucosa se mantienen permanentemente por encima del nivel regular, es decir, rara vez se experimentará una baja hacia la auténtica normalidad en los niveles de glucosa. La mayoría de la población mundial literalmente vive bajo los efectos del azúcar sin saberlo y sin notarlo. Este desequilibrio permanente está siendo asociado con diversas enfermedades nerviosas, especialmente en los niños.

Mientras la glucosa es absorbida por la sangre, nos sentimos animados. Un estímulo rápido. Sin embargo, a este impulso energético le sigue una depresión, cuando el fondo se desprende del nivel de glucosa sanguínea. Estamos inquietos, cansados; necesitamos hacer un esfuerzo para movernos o incluso pensar. Hasta que se eleva de nuevo el nivel de glucosa. Podemos estar irritables, hechos un manojo de nervios, alterados. La gravedad de la crisis depende de la sobredosis de glucosa. Si continuamos tomando azúcar, una nueva crisis doble empieza siempre antes de terminarse la anterior. Las crisis acumulativas al final del día pueden ser enloquecedoras.

Tras varios años con días así, el resultado final son glándulas adrenales enfermas, agotadas no por exceso de trabajo, sino por un ajetreo continuo. La producción de hormonas, en general, es baja. Las cantidades no se amoldan. La alteración funcional, desequilibrada, se refleja en todo el circuito endocrino. Muy pronto el cerebro puede encontrarse en dificultades para distinguir lo real de lo irreal; estamos expuestos a volvernos precipitados, cuando el estrés se interpone en el proceso, nos desmoronamos porque no tenemos ya un sistema endócrino sano para enfrentar cualquier contingencia.

Día a día nos encontramos con una falta de eficiencia, siempre cansados, nada logramos hacer, realmente sufrimos los “sugar blues” (o depresiones del azúcar)… Puesto que en algunas personas las células cerebrales dependen totalmente de la taza de azúcar en la sangre en cada momento para alimentarse, son quizás las más susceptibles de sufrir.

Una de las sustancias aparentemente inofensivas y sin embargo de las que mayores problemas crea al atacar nuestro sistema inmunológico es el azúcar. Los macrófagos quedan atorados en el azúcar y se imposibilita su acción. La misión de los macrófagos consiste en destruir, bloquear y activar la inmunidad cuando detectan la presencia de una toxina, un virus o una bacteria.

Cada vez que ingerimos azúcar, aunque sea tan poco como dos cucharadas, las proporciones de minerales entran en desbalance. Este desbalance a su vez, en personas ya enfermas, puede durar horas y a veces ya no se recuperan. Cuando los minerales del cuerpo están en desbalance día tras día, año tras año, posiblemente por generaciones, la habilidad del cuerpo para volver a su homeostasis está agotada. El cuerpo ya no puede volver a su armonía o balance.

Resulta pues increíble que las autoridades del Departamento de Salud Pública de diferentes naciones sigan manteniendo al público en total ignorancia. Lo más que se ha conseguido es obligar a indicar en la etiqueta de los productos industriales si contienen azúcar, cosa que aparece prácticamente en el 90% de los mismos ya que ¡incluso los productos salados son conservados en azúcar!

Algunas de las cosas que decimos a continuación serán difíciles de pasar porque a quienes abusan del azúcar no les gusta considerarse a sí mismos como adictos.  El azúcar es una droga. Quizá no altere tu conciencia de manera obvia e inmediata como el alcohol o las pastillas, pero produce cambios en el estado físico, emocional, mental y espiritual del usuario. Y como cualquier otra adicción, es devastadora en esos cuatro niveles.

Se han utilizado en casos legales como atenuante. La “Defensa Twinkie” nació cuando un acusado de asesinato logró argumentar que su depresión se vio exacerbada por el consumo de azúcar contenido en los Twinkies. El hombre que asesinó a George Moscone, alcalde de San Francisco, en 1978, se declaró inocente debido a que se hallaba fuera de sus cabales, lo que su abogado atribuyó a haber tomado “comida basura” con alto contenido de azúcar; este caso se hizo popular como la Defensa Twinkie. (http://es.wikipedia.org/wiki/Defensa_twinkie).

Está en la naturaleza del todos los adictos negar que tienen una adicción. Y también lo está apuntar hacia otros adictos y decir “Mi problema no es tan serio como ese.”

Especialmente los adictos al azúcar sufren de esta forma de negación, en parte porque en nuestra cultura se subestima grandemente el poder del azúcar como droga. Los anuncios nos empujan a consumirla, las gigantes corporaciones alimenticias nos empujan a consumirla y las situaciones sociales nos empujan también. El azúcar se ha convertido en el mayor contaminante de nuestras comidas. Por otra parte, la negación viene del hecho mismo de que el azúcar afecta el plexo solar, el asiento de la auto estima. Y para dar salida al auto odio resultante, los adictos al azúcar se comprometen en buscar fuera de ellos la adicción. Mantén una mente abierta acerca de esto. Parte de esto quedará registrado y trabajará en tu conciencia superior, no importa cuan vehementemente lo rechaces a nivel consciente.

El problema es tan grave que las autoridades de salud, como la Academia Americana de Pediatras, han comenzado una campaña de alarma sobre los posibles daños. Los niños y adolescentes no son los únicos en riesgo. El consumo a largo plazo de refrescos tiene un efecto acumulado en el esmalte de los dientes. En la medida que la gente vive por más tiempo, hay más probabilidad de tener problemas.

MACROBIÓTICA: EL CÁNCER SE ALIMENTA DE AZÚCAR
Se atribuye como fundador del sistema macrobiótica el Dr. Christolph Von Hufeland, médico y filósofo, vivió en el siglo XVIII, y era médico de Goethe. Von Hufeland recomendaba una simple dieta de cereales y verduras y una muy buena masticación, advirtiendo sobre los peligros de la carne y azúcar, promoviendo el amamantamiento materno, ejercicios y la auto-curación. “Cuando más el hombre sigue la naturaleza y obedece a sus leyes, tanto más vivirá; y tanto más se desvíe de esas leyes, tanto más se acortará su vida,” en 1796 escribía en su libro Macrobiótica o el Arte de Prolongar la Vida.

“El poder curativo de la naturaleza debe, por sobre todas las cosas, ser apoyado desde el principio, porque es el principal medio que tenemos para evitar las causas de la enfermedad. Esto puede hacerse principalmente empezando por no acostumbrar el cuerpo a recibir demasiada asistencia artificial; de otra manera su naturaleza será usada de tal modo que necesite depender de ayuda extraña, lo que finalmente le hará perder en absoluto el poder de asistirse a sí mismo.”

La macrobiótica también es una filosofía de vida que se centra en la forma de alimentación, desarrollada en el año 1920 por George Ohsawa en Japón.

Ohsawa se basó en el método del doctor Sagen Ishizuka, que recuperaba la alimentación tradicional oriental y buscaba el equilibrio de sodio y potasio en los alimentos. Utilizó esta dieta para tratar su propio padecimiento de tuberculosis, y estudiando tradiciones ancestrales japonesas extendió los conocimientos de Dr. Ishizuka para desarrollar la macrobiótica. El símbolo de la macrobiótica significa la conjunción de las fuerzas opuestas pero complementarias que los orientales definen como yin y yang.

Por su metabolismo anaeróbico (falta de oxígeno), el cáncer consume primariamente glucosa. Debido a su ineficiencia para usarla, los cánceres tienen un apetito voraz por la glucosa. Es por esto que el exceso de consumo de azúcares tiende a promover el crecimiento del cáncer. La stevia es el edulcorante ideal para casos de cáncer y apto para todo tipo de persona principalmente los diabéticos.

Es sorprendente observar que la medicina convencional en el área de la Oncología no considera dentro de un Plan de Tratamiento Integral, este simple concepto: “El cáncer se alimenta de azúcar.” Como tampoco se les ofrece una terapia de nutrición con base científica, más allá de recomendarle a los pacientes “alimentos saludables” sin explicar cuales.

La mayoría de los pacientes reciben poca o nada “asesoría nutricional” la que debe ser en particular destinada a la lucha contra el cáncer. Eso quiere decir por un lado, hacer un terreno lo menos propicio para que la célula cancerígena se desarrolle o se disemine y por el otro lado fortalecer el sistema inmunológico de manera que sea el propio organismo que se defienda y destruya el cáncer. Las medicinas alternativas o complementarias, conocen muy bien esto, especialmente la medicina Ayurveda y uno de sus principios en la terapia, es eliminar el principal combustible favorito del cáncer: la glucosa

La explicación y ratificación de este fenómeno se la debemos al Dr. Otto Warburg, Premio Nobel en Medicina en 1931 (revisa, al respecto, nuestro boletín de marzo 2012), quien descubrió por primera vez que las células cancerígenas tienen un metabolismo energético diferente al de las células sanas. “Todas las enfermedades son ácidas y donde hay oxígeno y alcalinidad no pueden haber enfermedades, incluido el cáncer,” dice Warbürg.

El consumo de azúcar blanca y sus derivados mayormente causa obesidad y sus consecuencias. Una de ellas el dolor de rodillas. ¡Quien lo diría! Es un síntoma cuyo remedio la mayoría de las veces es bajar de peso. Las personas que engordan son más propensas a tener dolor de rodilla que las que conservan su peso o adelgazan.

“Evitar el aumento de peso, será clave para prevenir los problemas de rodilla,” dice la doctora Susan Bartlett, especialista en dolor de rodilla y obesidad de la Universidad McGill, en Montreal, Canadá. El dolor de rodilla es el dolor articular más común; los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por su sigla en inglés) estiman que afecta al 18 por ciento de los adultos del país. Aunque las causas varían, varios estudios habían señalado hacia una relación entre el dolor de rodilla y el aumento de peso.

En un estudio, publicado en Arthritis Care and Research, el equipo de Stephanie Tanamas, de la Universidad de Monash, escribe que estudios previos habían sugerido que adelgazar reduciría los problemas de rodilla.

¿SON LA SOLUCIÓN LOS SUSTITUTOS DE AZÚCAR?
Otro cuidado que debemos tener al saber las “bondades” del azúcar es al querer cambiarla por sustitutos. Les aviso que resultan peor, principalmente el aspartame, que se comercializa con nombres como Canderel, sacarina, bebidas light, etc. Dejaré como tarea que uds. investiguen por cuenta propia los siguientes sitios para saber a lo que están expuestos:
http://www.aspartamesafety.com/Espanol.htm
http://www.youtube.com/watch?v=4n9mKERoET0

¿Y LAS SODAS O REFRESCOS?
Cada vez se beben más y más.

El consumo de estas bebidas se ha incrementado dramáticamente en todos los grupos demográficos, especialmente entre niños y adolescentes.

¿Cuántos estudiantes toman refrescos? Se estima un rango entre uno de cada dos hasta más de cuatro en cada cinco estudiantes que consumen al menos un refresco al día. Al menos uno de cinco niños consumen mínimo de 4 bebidas al día. Algunos adolescentes toman hasta 12 refrescos por día. Los refrescos tamaño familiar empeoran el problema. De 6.5 onzas (200 ml. aproximadamente) en los años 50, el refresco típico ha aumentado por encima de las 20 onzas (600 ml. aprox.) en los años 90.

Los niños, adolescentes y adultos pueden beneficiarse al eliminar o reducir el número de refrescos que consumen, aparte de ser una terapéutica bucal.

Por cierto, precisamente encontré en Internet un artículo de Reuters Health bastante ilustrativo. Se titula “Estudio asocia las bebidas azucaradas con mayor riesgo de infarto cerebral”. Consúltalo haciendo click aquí.

Aquí algunos pasos que puedes seguir:

  • Sustituye los refrescos por bebidas diferentes: Ten en el refrigerador bebidas que contengan menos azúcar y ácidos como agua, leche y jugo 100% de fruta. Tómalos tú mismo y motiva a tus hijos a hacer lo mismo.
  • Enjuágate con agua: Después de consumir refrescos (si aun los tomas), enjuaga tu boca con agua para remover los restos de las bebidas que pueden prolongar la exposición del esmalte a los ácidos.
  • Usa pasta de dientes y enjuague bucal: de preferencia de origen natural, como la de neem, u otro componente natural.

ENTONCES, ¿QUÉ HACER?
Se puede comenzar por consumir aguas endulzadas cada vez menos o endulzarlas con Stevia. Y preferir alguna fruta, dátiles, ciruela pasa, uva pasa etc., cuando no resistas la tentación de llevarte algo dulce a la boca. Toma jugos e infusiones sin azúcar; ciertamente al principio será difícil. Si no eres diabético endulza con un poco de piloncillo o aun mejor con Stevia. La miel de abeja endulza pero no se puede poner en bebidas calientes porque se vuelve tóxica. Pronto tu paladar se irá  acostumbrándose y podrás saborear con delicia una infusión o una limonada sin azúcar. Esto te dará una sensibilidad muy grata en el paladar y una nueva forma de disfrutar de las comidas.

Evita lo más que pueda los pastelitos, los postres o todo producto que contenga azúcar oculto. Es importante también que hagas todo lo posible por revisar las etiquetas de los productos que compras. Muchos de ellos traen azúcar refinada enmascarada con el nombre de glucosa, dextrosa, lactosa, maltosa y otros con terminación “osa.” Todos aquellos productos que se dicen bajos en azúcar o calorías, también muchas veces son altamente nocivos.

¡Definitivamente no comas nada de azúcar blanca y sus derivados, ni tampoco sus sustitutos sintéticos!

 

 

marcus Marcus de Oliveira Teles, D. Ay. es Fundador, junto con su esposa, de Centro Ayurveda, un Centro de Sanación Integral con sede en las ciudades de Cuernavaca y México.Es considerado el Decano de Ayurveda en México

Centro Ayurveda México

Tels. 01-777-119-1115 (Cuernavaca) 0155-5689-6262 (Cd. de México)

Fuera de México, marcar +52 en vez de 01

eMail: FantasticaSalud@yahoo.com.mx

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*Prohibida la reproducción de esta nota sin autorización del autor.

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